Las arrugas y líneas de expresión en la piel son ocasionadas en buena medida por la acción de los músculos. Es en las zonas más expresivas de la cara (alrededor de los ojos y la boca, entrecejo y frente) donde los músculos son más activos y por lo tanto donde tienden a formarse arrugas más profundas. La Toxina Botulínica tipo A (nombre comercial: Botox o Dysport) es un bloqueador de los impulsos entre el nervio y el músculo que al ser aplicado ocasiona la relajación del músculo sin alterar su función, lo cual a su vez disminuye o elimina la formación de la arruga alrededor del área de aplicación. Utilizado en pequeñas dosis, tiene un efecto seguro, prolongado y reversible, por lo cual tiene otras utilidades en medicina aparte de la cosmética. El Botox puede ser utilizado como tratamiento único o como complemento de otros procedimientos como cirugías de párpados, elevación de cejas, estiramiento de la frente etc. Lo importante es realizar una aplicación con la técnica y las dosis apropiadas, con el fin de obtener resultados naturales y satisfactorios. La toxina botulínica es un medicamento de uso exclusivamente médico; por esta razón debe ser siempre aplicado por personal médico calificado, nunca por esteticistas o personal auxiliar.
El Botox se inyecta en dosis muy pequeñas por medio de una aguja muy fina en las áreas escogidas, teniendo en cuenta que no se debe sobrepasar una dosis límite. El tratamiento no requiere anestesia ni sedación ya que no es doloroso y se realiza en el consultorio. Después de la aplicación se recomienda al paciente no realizar ejercicios físicos fuertes, acostarse(hasta dos horas después) ni tocar o masajear la zona de la aplicación La aplicación del Botox no tiene efectos indeseables significativos. Una vez aplicado el producto, el(la) paciente puede continuar con sus actividades normalmente, (salvo las limitaciones ya descritas). Es decir, que la aplicación del Botox, no genera incapacidad alguna. El Botox sólo actúa sobre las arrugas dinámicas o líneas de expresión originadas por las contracciones de los músculos faciales, pero no es efectivo para arrugas producidas por el sol o envejecimiento. La acción se inicia unas 72 horas después de inyectado el medicamento. El efecto del Botox es transitorio y puede durar entre 4 y 6 meses al término de los cuales se puede hacer una nueva aplicación. Con aplicaciones sucesivas el efecto tiende a ser más duradero cada vez. En conclusión, el Botox es una herramienta mínimamente invasiva, eficaz y segura para obtener un rejuvenecimiento facial sin cirugía o como complemento de esta o de otros procedimientos de rejuvenecimiento.